05 de març 2008

Cutre, cutre…


Molt s'ha parlat el últims dies sobre el debat de Zapatero i Rajoy, però per a mi de totes les reflexions que he llegit sense dubte la millor, es esta que vos adjunte, publicada a La Vanguardia per Enric Bruguera

"Fotocopias plastificadas del diario EL PAÍS en manos del candidato socialista, desparrame de papeles y carpetas por el suelo a los pies del aspirante del PP, gráficos impresos indescifrables ante las cámaras, papeles y más papeles ilegibles del derecho y del revés…

Quienes aspiran a gobernarnos más allá de la primera década del siglo XXI pueden pasar semanas negociando el color de la moqueta del plató televisivo, pero no parecen necesitar un mal ordenador portátil, una pantalla interactiva, un sencillo programa de presentaciones en Power Point o Impress –que es abierto y gratuito-… Son herramientas que se utilizan, con mayor o menor intensidad y acierto, en la mayoría de bachilleratos públicos y concertados de la piel de toro. Una parte importante de la población los usa en sus labores cotidianas profesionales o de ocio. Pero para dirigir el país parece que basta con mover papeles de la mesa a los pies. Para que luego nos escandalicemos del papelón de nuestros escolares en los informes PISA.

El Diccionario de la Real Academia Española define "cutre" como "Pobre, descuidado, (...) o de mala calidad". No sólo es aplicable a la puesta en escena de un cara a cara formalmente anclado en los debates que González y Aznar mantenían en 1993 –todavía casi sin teléfonos móviles, sin Windows, sin Internet, sin agendas electrónicas, sin banda ancha...-.

También se extiende a gran parte del argumentario político en el que Zapatero y Rajoy centraron su último cara a cara y cerraron el punto más álgido de esta campaña electoral: la participación española en la guerra de Irak, su peculiar y macabro concurso de muertos por terrorismo, la masacre del 11-M, los resultados electorales del 14-M, la negociación con ETA, el Estatut de Catalunya, las propuestas de referèndums "secesionistas" de Ibarretxe y ERC, la transición española, la presunta persecución del castellano en Catalunya, mutuas acusaciones reiteradas de mentir, y regresiones puntuales al bonobús del primer debate, la famosísima niña de Rajoy y la novedosa referencia de ZP a los recibos de ruedas de bicicleta con los que el PP habría legalizado inmigrantes sin papeles cuando gobernaba. Las propuestas de futuro no superaron el listón de los cutres reproches del pasado.

Tienen razón el PSC y Carme Chacón cuando proclaman que PP y PSOE no son lo mismo. Aunque oyendo hablar a Rajoy anoche era fácil dejarse sugestionar por psicofonías que recordaban a socialistas de tan recia raigambre como Rodríguez Ibarra o Pepe Bono. Y en todo caso va a resultar muy difícil que el 9-M nos saque del profundo socavón histórico que hace cuatro años engulló a Aznar sentenciando a muerte la carrera política de Rajoy y condenando a la vez a Zapatero a gobernar a cualquier precio y de cualquier manera.

Zapatero y Rajoy no son lo mismo. Eso ya lo sabíamos antes de los cara a cara y su desmesurado y pomposo eco mediático. Lo que ha conseguido el show es resaltar y dar visibilidad y valor a su empecinado empeño en converger en lo cutre. Los sondeos a pie de SMS, los diarios y las tertulias pueden designar vencedor y vencido conforme a los intereses de cada cual. Pero al indeciso elector de piel todavía algo progre no le van a quitar de la cabeza aquel célebre verso de la "Pequeña serenata diurna" de Sílvio Rodríguez: "que no es lo mismo, pero es igual". Porque el cantautor cubano no sólo hace décadas que sabe de lo que habla y canta. Además ha acabado siendo profeta en su tierra. Y a su pesar, precisamente por lo cutres que pueden llegar a seguir siendo las cosas, al menos durante largas temporadas."

1 comentari:

Anònim ha dit...

Cutre però de rato llarg...
el diumenge bloc-iniciativa-verds